¿Cuál es el significado de la parábola de la semilla que crece (Marcos 4:26-29)?

¿Cuál es el significado de la parábola de la semilla que crece (Marcos 4:26-29)? Respuesta



Lo primero que notamos sobre esta parábola es su similitud con la Parábola del Sembrador en Marcos 4:2-9. De alguna manera, esta parábola amplía la enseñanza de Jesús de cómo la buena tierra (un corazón receptivo) recibe la semilla (la Palabra de Dios).

En la parábola de la semilla que crece, Jesús habla de un hombre que esparce semillas en el suelo y luego permite que la naturaleza siga su curso. A medida que el hombre que sembró la semilla se ocupa de su trabajo día tras día, la semilla comienza a tener un efecto. Primero, la semilla brota; luego produce un tallo y hojas, luego una espiga y, finalmente, granos completamente desarrollados en la espiga. Jesús enfatiza que todo esto sucede sin la ayuda del hombre. El hombre que esparció la semilla ni siquiera puede entender completamente cómo sucede: es simplemente el trabajo de la naturaleza. La tierra por sí misma produce (versículo 28).



La parábola termina con una cosecha. Tan pronto como el grano está maduro, se emplea la hoz y se cosecha la semilla. Esto sucede en el momento justo.



Jesús no explicó esta parábola, como hizo con otras. En cambio, nos dejó a nosotros entender su significado. Tomando la semilla como la Palabra de Dios, como en Marcos 4:14, podemos interpretar el crecimiento de las plantas como la obra de la Palabra de Dios en los corazones individuales. El hecho de que la cosecha crezca sin la intervención del agricultor significa que Dios puede cumplir Sus propósitos incluso cuando estamos ausentes o no somos conscientes de lo que Él está haciendo. El objetivo es el grano maduro. A su tiempo, la Palabra dará su fruto, y el Dueño de la mies (Lc 10,2) será glorificado.

La verdad de esta parábola está bien ilustrada en el crecimiento de la iglesia primitiva: Yo planté la semilla, Apolos la regó, pero Dios la hizo crecer (1 Corintios 3:6). Así como un agricultor no puede forzar el crecimiento de una cosecha, un evangelista no puede forzar la vida espiritual o el crecimiento de otros.



Para resumir el punto de la Parábola de la Semilla que Crece: La manera en que Dios usa Su Palabra en el corazón de un individuo es misteriosa y completamente independiente del esfuerzo humano. ¡Que seamos fieles al sembrar la semilla, orando por una cosecha y dejando los resultados al Señor!

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